Tras
100 días de engorde, con mediciones a campo y en la industria, los
resultados obtenidos en materia de procesamiento se alinearon con la
revisión bibliográfica.“Demostramos que el tratamiento del grano,
ya sea quebrado seco, grano húmedo o rolado, no sólo optimiza la
ganancia diaria y la conversión alimenticia, sino la producción de carne
y el grado de terminación de la res, comparado con el grano entero”,
señaló.A modo de ejemplo, se registró una mejora en la conversión
de 11% para maíz quebrado, 18% para maíz grano húmedo y 17% para rolado
al vapor, respecto al maíz entero. A su vez, hubo otro salto de 7% para
maíz húmedo y de 6% para rolado al vapor, comparado con el maíz
quebrado.“Entre el grano húmedo y el rolado a vapor los
resultados fueron prácticamente los mismos, lo cual resalta la fortaleza
del primero, una tecnología disponible para todos y que muchos feedlots
ya utilizan. En nuestro caso, el húmedo se complementa con el rolado a
vapor, que aporta otros beneficios como una producción constante a lo
largo del año, además de reducir riesgos de acidosis, aún con alta
inclusión, así como una mayor palatabilidad”, subrayó.Para Bollatti, la principal conclusión es que la mejora en la performance es independiente del tamaño del animal. “La
diferencia entre tratamientos es menor en hacienda liviana, pero de
cualquier manera existe y esto es clave porque se trata de un negocio de
márgenes muy reducidos, de centavos. Al contrario de lo que muchos
piensan, procesar el grano es tan importante en animales livianos como
en pesados”, destacó, presentando uno a uno gráficos ilustrativos con
parámetros por categoría.
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