Aníbal Pordomingo con un estudio clave en tiempos en que los productores buscan agregar kilos a sus animales, sin sobrepasarlos de grasa. Excelente nota de Valor Carne / Información para la nueva Ganaderia. 23 de enero, 2025
Aníbal Pordomingo compara los efectos de distintos grados de procesamiento sobre la ganancia de peso, la conversión y los atributos de la res, a medida que van aumentando los días a corral. Un estudio clave en tiempos en que los productores buscan agregar kilos a sus animales, sin sobrepasarlos de grasa. Cómo avanzar al grano húmedo y mejorar los resultados.
La información sobre la eficiencia de los procesados del grano de maíz en dietas de engorde en la Argentina es contradictoria, en algunos casos el procesado mejora la respuesta y en otros no. Tampoco se reportan efectos comparados sobre parámetros de res y de carne en encierres cortos y largos.
En este contexto, el Ing. Agr. Aníbal Pordomingo presenta los resultados de un ensayo con dietas que incluyen desde granos enteros secos a húmedos aplastados, a medida que los días de encierre se extienden de 60 a 180 días.
Desde Valor Carne compartimos el estudio -presentado en el Congreso Argentino de Producción Animal 2024- en momentos en que muchos productores, con maíz a precios convenientes y estabilidad macroeconómica, planean producir animales más pesados. ¿Conviene incorporar el grano húmedo?
La experiencia
El experimento se realizó en el INTA Anguil, La Pampa. Se utilizaron 120 novillitos Angus que ingresaron con 255 kg y recibieron durante 180 días dietas con 76% de grano de maíz, en tres presentaciones diferentes, a saber: seco entero, seco aplastado y 10% seco + 66% húmedo, aplastados.
Se midieron la evolución del peso vivo, las ganancias diarias, el consumo y el índice de conversión, a partir de los datos de las pesadas; y el espesor de grasa dorsal y el área de ojo de bife por ultrasonografía sobre el musculo longissimimus thorasis entre la 9 y 10º costilla. Todos los parámetros se evaluaron a los 60, 120 y 180 días.
Los resultados El procesado mejoró el peso vivo final, destacándose el uso de grano húmedo que permitió lograr 14 kg más a los 120 días y 35 kg más a los 180 días.Hubo diferencias en las ganancias diarias de peso que se hicieron evidentes luego de los 60 días de engorde, con 1,27 kg/d para el grano entero versus 1,43 kg/d para el húmedo, hasta los 120 días.
El consumo de materia seca (MS) fue mayor para el grano entero y menor para el húmedo, acentuándose la diferencia en el último período. Consecuentemente, el índice de conversión, o sea, el consumo de MS por kilo de carne producido, resultó mayor para grano entero (8,2) y menor para húmedo (6,6), a lo largo de los 180 días.
En cuanto al área de ojo de bife, al día 60 los tratamientos no se diferenciaron significativamente; pero al día 120, el seco aplastado y el húmedo aplastado superaron al entero seco: 63,1 y 64,5 cm2 versus 60,1 cm2. A su vez, a los 180 días el húmedo presentó 71,1 cm2 versus el entero de 63,8 cm2.
Inversamente, el espesor de grasa dorsal fue mayor en las tres mediciones para grano seco entero, seguido por seco aplastado y húmedo aplastado.El entero ya al día 120 se pasó un poco de grasa (10,5 mm) y, más aún, al día 180 (15, 8 mm) mientras que el húmedo se mantuvo en niveles adecuados en ambas mediciones (8,1 y 12,5 mm, respectivamente)
La interpretación “El procesado no sólo mejora la conversión alimenticia sino la composición de la carcasa”, dijo a Valor Carne Pordomingo.
En tal sentido, el grano entero tiende a generar un engrasamiento más temprano y algo menos de musculatura, a medida de aumentan los días a corral. Por su parte, el grano húmedo, además de mejorar la conversión, logra más área de ojo de bife y menos grasa de cobertura, a igual día de faena.
¿Por qué ocurre esto? “Es una cuestión metabólica. Con los granos enteros o poco procesados pasa más almidón desde el rumen al intestino y eso manda señales de engrasamiento temprano”, explicó Pordomingo, aludiendo a que algo similar ocurre con los seres humanos que, cuando comen muchos carbohidratos, aún los más jovencitos, tienden a formar grasa.
Otro aspecto que hace a la performance animal es el tipo de granos y sus características. “Los maíces no siempre son dentados y blandos. Muchas veces son chiquitos y duros, sobre todo, en las cosechas de ambientes de sequía. Entonces, cuando se suministran enteros tiene poca eficiencia de uso, pasan más a través de todo el tracto digestivo y se escapan sin ser aprovechados”, advirtió.
“El mensaje práctico que quiero transmitir al productor es que, si empezamos a buscar mayor peso de faena, con más días a corral, cuidado con los granos enteros o muy poco procesados porque la respuesta será menos musculatura, relativamente, y algo más de grasa de cobertura, que no es lo deseable. No queremos que se nos pasen en grasa”, subrayó
Hay que tener en cuenta que más de 10-12 mm de grasa dorsal representa una pérdida económica para el productor, para la industria e incluso para los minoristas.“Si hablamos de encierres de hasta 60, 80 días, procesar el grano no tiene gran impacto tranqueras afuera. A partir de los 120 días sí tiene mucha incidencia porque se sobre engrasan los costillares y se pierde calidad de asado y valor al mostrador”, advirtió, detallando que el mercado interno es por lejos el que lleva más volumen de carne.
Procesar de pe a paEl quid de la cuestión cuando se emplean granos húmedos es su efecto en el metabolismo del animal. “Hay mayor fermentación a nivel ruminal que con el grano entero por lo que no se escapa tanto almidón hacia el intestino delgado”, indicó Pordomingo, reiterando que esto favorece el desarrollo muscular y evita el engrasamiento temprano.Y algo clave es que “la inclusión de grano húmedo en la dieta mantiene la grasa de cobertura controlada pero no atenta contra la grasa intramuscular, un atributo que sí deseamos”, aseveró.
Una aspecto fundamental a tener en cuenta es que el procesado incide en todas las etapas del engorde animal: “No podemos darles maíz entero al principio y húmedo después, digamos a partir de los 90 días. No hay que disparar esas señales de engrasamiento temprano en ningún momento”, aconsejó. Y propuso: “si se quieren lograr animales más pesados, competitivos, con oportunidad de exportación, habría que procesar los granos de entrada para que haya más aprovechamiento del almidón a nivel ruminal”.¿Cómo se utilizan los granos en la Argentina? “Los feedlots grandes, que encierran animales por períodos prolongados, todos usan grano húmedo. Los engordadores pequeños, que no cuentan con el equipamiento necesario, siguen dando enteros y terminan animales de menor peso, en general más engrasados”, describió. ¿Cambios con la macroeconomía estabilizada? “En el último año se empezaron a ver inversiones pequeñas, pero todavía hay mucha cautela con las de mayor envergadura”, opinó.Para finalizar, Pordomingo resaltó que procesar el maíz significa pasar de una conversión de 8 a 1, a 6,5 a 1, y aunque sólo sea ganar un punto, de 8 a 7, es un ahorro importante de alimento. “Esto es muy bueno para el negocio del engorde. Se podría pasar de resultados negativos o neutros a obtener ganancias. Pienso que, en la medida que haya oportunidad de amortizar la infraestructura, la tecnología se irá adoptando”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
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